Cuerpo y Emociones

Publicado por:  Jessica López Aparicio
Formadora y Coach, Co-fundadora de Habilidades Clave
Si te preguntasen en qué lugar del cuerpo se encuentran las emociones, es posible que intuitivamente respondas que “en el corazón”, y aunque la forma en la que nos sentimos a nivel emocional puede tener un gran impacto en la salud de nuestro corazón, en realidad sabemos que las emociones están en nuestro cerebro; específicamente en el neocórtex y en el sistema límbico.

Los neurólogos se han encargado de demostrar cuáles son los elementos de la anatomía cerebral que explican y regulan nuestras respuestas emocionales. Es gracias a estas aportaciones que, el concepto de inteligencia emocional es respetado dentro del mundo científico.

Aunque no seamos científicos, se podría decir que todas las personas sabemos lo que es una emoción porque las hemos experimentado. Al menos en lo que se refiere al ámbito vivencial, seríamos capaces de identificar las emociones (con mayor o menor facilidad).

Las emociones están muy asociadas con el cuerpo, porque cada una tiene distintas manifestaciones físicas. Además, el estímulo que origina nuestras emociones se percibe esencialmente por alguno de los 5 sentidos.

Estudios iniciales sobre este tema, de hecho, estaban mayoritariamente enfocados en las respuestas corporales. Dichas investigaciones concluyeron que, existe un patrón de activación fisiológica exclusivo para cada emoción y que nuestra percepción del estímulo y nuestras reacciones corporales son lo que genera la emoción. En otras palabras, de nuestra reacción corporal interpretamos lo que hemos percibido con nuestros sentidos y entonces surge la emoción.

Así, la respuesta corporal acompaña, modera y determina el contexto de la emoción, pero no la ocasiona de forma directa. Por ejemplo, emociones como la rabia o el miedo ocasionan aceleración del pulso y un aumento de la temperatura corporal, mientras que la alegría o la sorpresa producen reacciones distintas.

Esto significa que el cuerpo es una llave importante para poder acceder a los estados emocionales que deseamos; por ejemplo, si te sientes triste, puedes ponerte un lápiz entre los dientes y esto te obligará a “sonreír”.
¿Has notado que cuando sientes el impulso de llorar y no quieres hacerlo miras inconscientemente hacia arriba para evitar el llanto? Mirar hacia arriba automáticamente te ayuda a sentirte un poco mejor ¡De verdad funciona! Y tu cuerpo lo sabe… el hipotálamo es capaz de emitir neuropéptidos (moléculas que actúan sobre el sistema nervioso) que se envían a las células para hacernos sentir mejor.

No es de extrañar entonces que Amy Cuddy, psicóloga social de la Escuela de Negocios de Harvard, haya demostrado con sus investigaciones y experimentos, que adoptar una postura corporal determinada durante períodos de apenas 2 minutos, genera cambios hormonales increíbles como el aumento de la testosterona en 25%, reduce el cortisol (hormona del estrés) en un 10%, así como aumenta nuestra disposición a asumir riesgos.

Los videojuegos, y en general toda la tecnología; también tienen un impacto en nuestras respuestas corporales. Cambios en nuestra postura al reaccionar a lo que sucede durante la dinámica de juego, también puede inducir a modificaciones en los estados emocionales, o tener un rol de retroalimentación que va manifestando muy visiblemente esos pensamientos, motivaciones y estados afectivos que se experimentan… Por los movimientos del protagonista del vídeo, ¿dirías que ha ganado o perdido?

Las emociones son parte integral de nuestras vidas, y si hay algo que podemos decir sobre la naturaleza de las mismas en general, es que no solo son mentales sino también físicas. Así que, las emociones no están desvinculadas del cuerpo y tu cuerpo puede convertirse en un aliado, a la hora de querer cambiar tu emocionalidad.

Jessica López Aparicio
Formadora y Coach
Co-fundadora de Habilidades Clave
https://habilidadesclave.com/

12/05/2021

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